Terapia de pareja: crisis y su abordaje.

 

Terapia de pareja: crisis y su abordaje


Al hablar de terapia de pareja, hablamos de una estructura vincular, que desde mi enfoque psicoanalítico intentaré desarrollar.

Sabemos que el desarrollo de un sujeto dura toda la vida, y que no queda limitado a la infancia, y a la formación de la estructura psíquica, sino que incluye los drásticos cambios que suceden en la mente, como consecuencia de la interacción entre el envejecimiento del cuerpo, la complejidad creciente del psiquismo adulto y el ambiente (relación comprometida, hijos, trabajo, etc.).


Definiremos la mediana edad como el intervalo en la vida individual en que la naturaleza transitoria de la existencia personal, se transforma en un asunto significativo tanto en el mundo intrapsíquico como en el mundo real.


Generalmente uno de los conflictos importantes en la vida de las parejas, es en la creación de la zona de encuentro, el no poder soportar lo no compartible hoy nunca de cada ser humano.Entonces entramos en el campo de las relaciones en la vida cotidiana en las parejas, que implica atribuir al otro un sentimiento conocido.


Por lo tanto esta zona no compartida y que se podría compartir, digamos hablándose y aceptando que es no compartida y que hay que hacer un trabajo psíquico para poder compartir.Esta zona quedaría anulada si cada uno proyecta en el otro lo que cada uno imagina que el otro pueda ser.La marca fundante de una configuración vincular es relativa al presente actual y al tipo de conflicto o estado emocional.


Siempre que estoy en relación con otro, según el modelo de aparato psíquico de las configuraciones vinculares, lo llamo intersubjetivo, que es vincular por definición. Lo separo de lo que se considera el espacio intrasubjetivo, el de la relación objetal, que si bien es una relación con otro, ese otro sirve en ausencia del yo de afuera (está dentro de uno).Porqué sucede a veces que el vínculo se recarga tanàticamente?.Esto sucede por varios motivos, pero hay uno en particular: tiene que ver con otro el que nos reconoce, pero el otro en la pareja deja de ser otro, para ser una proyección de uno mismo.

La expresión “yo lo conozco, yo sé todo de él” da cuenta de lo dicho, en la terapia de pareja debemos detectar que es lo repetitivo, clarificar el contenido manifiesto (el sufrimiento), del contenido latente, haciéndoles descubrir que estos también provocan dolor. El clima de la sesión tiene también un clima pulsional, que es importante para nosotros los analistas saber manejar.Otro elemento a tener en cuenta son los mecanismos predominantes.


Un vínculo es como un escenario en el que hay dos protagonistas principales, que son cada uno de los integrantes de la pareja. Pero al mismo tiempo éstos no están libres de todos sus modelos identificatorios, que provienen del “afuera” de la pareja. Aparecen como personajes que pueden corresponder a las familias de origen: amigos, hijos, etc., esto lo detectamos en parejas que hablan siempre de algún otro.


Uno no tiene porque liberarse de éstos, sino que es necesario profundizar en los aspectos pertinentes a la relación de pareja. La ajeneidad se constituye en el encuentro. Para habitar un espacio es necesario un “hacer juntos” en base a convenios ad hoc. No hay un adquirido para siempre. El analista debe trabajar el inconciente vincular de la pareja, trabajando también los malentendidos. Lacan decía “la comunicación humana es un malentendido”.Muchas parejas, a través del reproche, encubren un monólogo narcisista que alude a una detención en el tiempo y en el espacio.


Por lo tanto, el reproche además de “meter culpa en el otro” da cuenta de un retraimiento narcisista de quien lo emite, y además produce lentamente una alteración en la autoestima de quien lo recibe, sobre todo si esto se prolonga en el tiempo.


Por lo tanto no solo nuestras primeras experiencias objetales son las definitorias de nuestras patologías en la adultez, sino que hay algo actual, diario, que produce lesiones en nuestra estima.Estas cuestiones son las que hacen crisis en determinados momentos de nuestras vidas.



Caso clínico, recorte de viñeta: Ubicaré a esta pareja en la etapa de la mediana edad: ella 50 y el 52 años, pareja ensamblada con dos hijos de Marta y cinco de Juan. Una hija de Marta vive en Bs.As. y el otro hijo esta terminando la secundaria, y ante lo cuál está decidiendo irse también con su hermana y su padre. Los hijos de Juan viven con la madre aquí en Bahía.Esta pareja lleva 10 años de convivencia y han atravesado diferentes situaciones conflictivas y de adaptación para lograr una buena estructura vincular.Hace algunos meses empiezan a ver dificultades en la relación de pareja, lo cuál los lleva a realizar la consulta.


Recorte de viñeta: Un domingo a la mañana cuando están desayunando, ella pregunta:

Dormiste bien?. Porque tenés una cara...

El: No sigo cansado

Ella: Qué raro, ayer dormiste siesta y tus horas necesarias, como estas cansado?

El: ¿No puedo estar cansado?

Ella: Es raro…

El: Me tenés cansado, qué querés que te responda, qué me estás indagando, o que más querés saber?

Ella: Ya no sé cómo preguntarte las cosas.

El: (Se dirige al terapeuta). Ella siempre quiere manejar el timón del barco, y Yo le digo que es uno solo el que tiene que manejarlo.

Ella: Para nada, lo que ocurre es que últimamente no puedo hablar de lo que me pasa, de lo que me afecta que mi hijo se vaya a Bs.As. y de qué voy a hacer con mi tiempo. Por otro lado sé que ya no somos los de los primeros años, yo cambié mi cuerpo, estoy más gorda y vos ya no me contenés como antes.

El: Yo también siento que vos ya no sos la misma, pero hay que ver qué te pasa a vos, Yo lo tengo claro.

Ella: Silencio.

El: Vos sos un frizer, no respondes cuando me acerco y además te hacés la que no te das cuenta. Como querés que me levante?.

En este recorte aparece algo de la pregunta de ella que no tenía respuesta. A través del reproche, a veces, se encubre otras demandas que tienen que ver en este caso con transformaciones que ella va sufriendo, en esta etapa evolutiva, y que es una cuestión de género. Algo de lo ya conocido, por ella es interrogado en un supuesto, que es el modo como se vinculan estas dos personas. El contenido manifiesto de èl es el fastidio ante la insistencia de ella, por lo tanto genera entre ambos reproche y malestar que en realidad tiene que ver , entre otras cosas con una disfunción en la sexualidad, y las transformaciones que ambos están atravesando.

Algo de lo que no se habla con palabras, se transforma en síntoma, generando distancia y a veces congelamiento en uno de ellos, y esto se escucha en la palabra freezer que menciona él. Se congelan los afectos, las palabras, y el encuentro entre dos se hace cada vez más difícil



Modalidad de abordaje del analista:

Desde mi experiencia, lo primero que establezco es un encuadre, y que implica el poder escucharse, dejar que el otro pueda expresarse, y luego con mi intervención dar lugar a la queja. Generalmente es necesario tener entrevistas preliminares, a efectos de poder hacer un diagnóstico aproximado de la situación.

Al comienzo es frecuente que el nivel de ansiedad que circula en la sesión sea difícil de bajar; por lo tanto les pongo en palabras que un tercero tratará de entender y podrá ayudar a despejar malos entendidos, enojos, desacuerdos y dentro de lo posible, y de lo que ellos estén dispuestos a ordenar y transformar una manera de vincularse con el otro más saludable.

Los motivos de conflicto más comunes en la terapia de pareja a trabajar son:

Lo laboral y por ende el manejo del dinero.

Lo sexual y como se vinculan en este aspecto.

La comunicación, su estilo comunicacional.

Las demandas no satisfechas, y por ende sus historias de origen.

Cada analista encontrará las estrategias necesarias, y sostengo que la creatividad de cada uno llevará a que el abordaje sea lo más dinámico posible, manteniendo siempre un esquema referencial, sin olvidar que esa pareja es única, con una historia que los construye como tal. 
Lic.Liliana B. Goldschmidt
MP. 00046 

Autor/es: 
Lic. Liliana B. Goldschmidt
Fecha: 
Lunes, 1 Octubre, 2007